jueves, 10 de abril de 2008

Chicla

ARTURO va silbando mientras alista su traje… con la poca luz que entra en su habitación, trata de ver si hay alguna mancha o arruga que quitar…involuntariamente sus pies van haciendo los pasos tantas veces realizados… a lo lejos suenan los petardos anunciando la cercanía del cortejo…afina el oído por si logra escuchar a la Banda de Sunicancha… imagina a sus amigos, los principales del pueblo, haciendo lo mismo que él…una vez que el traje está listo, saca con sumo cuidado del arcón de cuero, su chicote y la campanilla de plata…los ve brillantes, pues Esther ya los ha limpiado el día anterior…un camaretazo mas cercano le avisa que debe apurarse, el cruce de bandas va a suceder muy pronto…cuidadosamente se coloca el traje…revisa su pañuelo… ya está listo…en una mano lleva la máscara, con la otra coge el chicote…se acerca a la puerta del cuarto y cree sentir el sol de la mañana en su cara…un rayo de luz se refleja en el polvo que flota en el ambiente…respira hondo…otra bombarda parece darle un último aviso…ahora si puede escuchar a la banda claramente…cree sentir un escalofrío en el cuerpo…avanza por el patio, llega al zaguán, cruza el portón y ve a sus compañeros esperándolo ya en la calle…juntan sus miradas, sin hablar, inflan sus pechos…el bombo se confunde con lo que parecen latidos de su corazón…cuando ven pasar a la gente, sin fijarse en ellos, comprueban lo que hace años ha sucedido…la banda se aleja lentamente con la comparsa…ellos se miran…pronto tendrán que guardar nuevamente sus trajes en los arcones de cuero, hasta el próximo año.