domingo, 22 de marzo de 2009

Existe un bosque de ombúes!!!

Estoy intranquilo.. ahora se que existe la felicidad!!..pero, cómo hago para dejar esto, olvidarme de mis raíces y llegar a ese lugar soñado?? ..Un buen amigo me leyó esto (extraido de Internet)...



Muy cerca a la laguna de Castillos se encuentra el bosque de Ombúes más grande del mundo donde pueden apreciarse magníficos ejemplares con más de 500 años de edad. El Ombú generalmente crece solitario y llega a ser una planta gigantesca capaz de brindar protección y sombra para animales y quienes gusten deleitarse con el aire fresco y puro que se respira bajo él. En la campiña uruguaya no es utilizado como leña ni se comen sus frutos pero es difícil no detenerse al ver un ejemplar de este señorial árbol. Sus inmensas raíces salen a la superficie y se entrelazan entre sí. También se ven algunos abrazados por los higuerones que crecen alrededor de sus troncos. Se plantean 3 formas de llegar disfrutando del magnífico entorno; una manera de llegar es guiado por el arroyo Valizas disfrutando de un hermoso recorrido; otra manera es desde La Barra Grande, un emprendimiento ecoturístico partiendo de una posta de palafitos vecina a un gigantesco Ceibal; o de lo contrario partiendo desde La Guardia del Monte, que supo ser un puesto de guardia de la época de la colonia con gran valor histórico. Estas dos últimas propuestas cuentan con una infraestructura para atender como es debido al visitante ofreciendo caminatas guiadas por el Monte de Ombúes, por el bañado disfrutando de un día de campo, cabalgatas, observación de flora y fauna, un buen almuerzo criollo y merienda con productos caseros. Una leyenda que ronda en la zona asegura que quien se interna bosque adentro recuerda súbitamente incidentes lejanísimos de su infancia.

sábado, 21 de marzo de 2009

miércoles, 18 de marzo de 2009


La gracia de tu rama verdecida - ANTONIO MACHADO

Hoy recordé un poema que me leyó alguna vez una niña, que estaba tratando de memorizar el famoso "caminante no hay camino..."... descubrió en su libro "Antología poética" una dedicada a un árbol, y supongo por eso consideró apropiado leermela...


Árbol, buen árbol, que tras la borrasca te erguiste en desnudez y desaliento, sobre una gran alfombra de hojarasca que removía indiferente el viento...

Hoy he visto en tus ramas la primera hoja verde, mojada de rocío, como un regalo de la primavera, buen árbol del estío.

Y en esa verde punta que está brotando en ti de no sé dónde, hay algo que en silencio me pregunta o silenciosamente me responde.

Sí, buen árbol; ya he visto como truecas el fango en flor, y sé lo que me dices; ya sé que con tus propias hojas secas se han nutrido de nuevo tus raíces.

Y así también un día, este amor que murió calladamente, renacerá de mi melancolía en otro amor, igual y diferente.

No; tu augurio risueño, tu instinto vegetal no se equivoca: Soñaré en otra almohada el mismo sueño, y daré el mismo beso en otra boca.

Y, en cordial semejanza, buen árbol, quizá pronto te recuerde, cuando brote en mi vida una esperanza que se parezca un poco a tu hoja verde...

domingo, 15 de marzo de 2009

La leyenda del ombú


Como saben, el ombú es todo un símbolo en las pampas argentinas...alguien me ha pasado el texto de la leyenda..la comparto con ustedes...ahh y no son fallas ortográficas, sino que está en idioma gaucho...!!


Cuando Dios hizo el mundo, después de haber hecho los mares y la tierra, los hombres y los animales, cuando hacía las plantas, a cada una le preguntaba lo que quería ser. Cuando le llegó el turno al quebracho, éste le dijo:

-"Tata Dios ... ió quero ser juerte y duro pa' resistir los golpes de la suerte", y Tata Dios lo hizo fuerte y duro.

Cuando le llegó el turno al jacarandá, éste dijo:
-"Tatita ... ió quero ser coqueta como mujer", y Tata Dios la hizo coqueta ...


Después le llegó el turno al cañaveral.

-"Qué querís ser vos?" ... le dijo Tata Dios ...

-"Ió quero ser, Tata Dios, largo y duro pa' ser lanza e' soldado y picana 'e los bueyes en el trabajo 'e las carretas ... " dijo el cañaveral del cañadón.

Por último le llegó el turno al ombú y éste al ser preguntado por Tata Dios, le contestó:

-"Tata Dios ... ió quero ser coposo para dar sombra y descanso a los caminantes; ió no quero flores ni perfumes, ni vistosos colores, ni jugo, ni siquiera fruto ... que mi tronco sea blando y que ni los clavos puedan quedar clavados en mi madera ... Tata Dios ... ió quero hacer el bien a los hombres ... ió quero aliviarles las fatigas cuando cruzan las llanuras y los montes, los ríos y montañas bajo el sol calcinante y muertos de sed en medio de la tierra reseca por el fuego y el calor ... "

Y Tata Dios lo hizo como le pidió el ombú.


Pasaron muchos siglos y siglos ... Vino el Redentor del mundo, salvó a los hombres y éstos lo crucificaron. Cuando el ombú lo supo corrió y pidió hablar con Tata Dios. Tatita Dios consintió y el pobre ombú lleno de dolor; le dijo:

-"Tata Dios ... cuando usted hizo los árboles les preguntaba a todos qué querían ser ... y tuitos querían ser bonitos, lindos y juertes ... Ió no quería nada d'eso pa' que jamás pudiera servir de cruz, como sirvieron otros otros árboles p'al Hijo de Dios que nos trajo amor al mundo ... "
-"¡Ah ... já! ... bueno m'hijito ... mi hais ienao de satisfacción ... A naides había oído hablar tan lindo", dijo Tata Dios ... y abrazándolo, le dijo: "Ió te protegeré por toda la eternidad para que sigas haciendo el bien a los hombres ... "